miércoles, 19 de noviembre de 2008

CRONICA DE UNA ESTAFA ANUNCIADA - Daniel Samper Pizano

Noviembre 18 de 2008
Crónica de una estafa anunciada
Las palabras "dinero" y "fácil" deberían haber alarmado a las autoridades cuando empezaron a aparecer juntas. Salvo bingos y loterías, la posibilidad de ganar plata sin trabajar suele ser fruto de engaños, especulaciones o plusvalías. El peligroso binomio encierra, además, la filosofía que empujó el mundo a la actual crisis, con pérdidas colosales para ciudadanos y fondos públicos, y a Colombia al abismo de las pirámides, agujero negro que devora los ahorros de miles de personas.
Cada quien tiene la crisis que merece. A escala internacional, los responsables son afamados bancos, prestigiosas financieras, elegantes aseguradoras; a escala doméstica, empresas de variada catadura, algunas de pipiripao, otras gerenciadas por curiosos personajes de pelo largo y ética corta. Quedó demostrado que tanto los que estafan en Wall Street como los que timan en Ipiales pertenecen a idéntica ralea y buscan lo mismo: dinero fácil. En el primer caso fallaron el Fondo Monetario Internacional, la Reserva Federal de Estados Unidos y los gobiernos de los países más poderosos. En el segundo, todos a una, como Fuenteovejuna: las entidades de vigilancia del Gobierno, la Fiscalía, incluso quizás la prensa, aunque un editorial de EL TIEMPO del 3 de febrero de este año ya se preguntaba: "¿Habrá que esperar a que los incautos ahorradores pierdan su dinero para tomar medidas?". Fue lo que pasó.
En el llamado crash del 2008, la plata de los contribuyentes rescató las empresas sedientas de dinero fácil. No sé si en el derrumbe de las pirámides bastarán los fondos de las oficinas chuecas para responder por los dineros, pero sospecho que, de empeorar las cosas, procurarán consuelo en el arca pública. Al fin y al cabo, ¿no salen de allí las recompensas que fomentaron los 'falsos positivos', los premios de mil millones de pesos a los secuestradores que se porten bien y tantos otros himnos al dinero fácil que, seguramente con la mejor voluntad, auspició el Gobierno?
Quedan en mi álbum sobre las pirámides varios recortes: Palabras del historiador Jorge Orlando Melo: "Si se impone [el criterio de resarcir a las víctimas con plata del Estado], habría que devolverles a los que juegan en una ruleta o en el baloto". Palabras del ex ministro de Uribe Rudolf Hommes a la periodista Cecilia Orozco: "Aquí faltó gobierno. No intervino a tiempo y con valor para evitar esta catástrofe".
Palabras embarazosas del presidente Uribe: "A los inversionistas internacionales tenemos que decirles que cualquier dólar que hayan logrado escapar de esa pirámide de Wall Street... tráiganlo aquí, que aquí les queda seguro".Más palabras de Uribe: "Me da ofuscación que por haber sido tan pulcro, tan respetuoso de la institucionalidad, dejamos crecer esto".
Es inútil ponerse bravo hacia atrás. Las severas normas penales que se anuncian no producen efectos retroactivos. Lo importante ahora es que no se esfumen las cajas fuertes, los dineros contenidos en ellas ni los bienes de las empresas engañadoras, para que los damnificados recuperen al menos parte de sus ahorros.
Está claro que el Estado permaneció alelado mientras a su alrededor se extendía la trampa de las pirámides. A este asunto le faltó un ingrediente motivador. Si alguien hubiera circulado la falsa noticia de la que las Farc eran socias de las pirámides, Uribe habría mandado intervenirlas. Y es porque, lamentablemente, el Gobierno se reserva el celo y la furia para su exitosa lucha contra la guerrilla, mientras otros trabajan en la ilegalidad en pos del dinero fácil sin que los molesten.
Daniel Samper Pizano
cambalache@mail.ddnet.es

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